como el más impopular presidente de Estados Unidos en cuarenta años
El futuro presidente tiene la mitad de la popularidad que tenía Barack Obama cuando se preparaba a asumir la Casa Blanca en enero de 2009, de acuerdo con el Washington Post y ABC.
WASHINGTON. Donald Trump asumirá el viernes la presidencia de Estados Unidos como el más impopular mandatario en cuatro décadas, y sin embargo la mayoría de los estadounidenses cree que podrá recuperar los empleos perdidos en las zonas más afectadas del país.
Desde que el empresario ganó las elecciones, en noviembre, varias empresas descartaron construir nuevas fábricas en el extranjero y anunciaron inversiones en Estados Unidos.
Fue el caso de las automotoras Ford y Fiat Chrysler, la fabricante de acondicionadores de aire Carrier, la japonesa SoftBank y hasta la gigante de ventas en línea Amazon, que prometió nada menos que 100.000 nuevos empleos.
La también gigante General Motors anunció inversiones en Estados Unidos por 1.000 millones de dólares, y la creación de 5.000 empleos en los próximos años.
En consonancia, la red de mercados Walmart anunció un plan para crear 10.000 empleos e inversiones por 6.800 millones de dólares.
Después de utilizar una rara mezcla de inventivos y amenazas para que las empresas retornen a invertir en el país, Trump se atribuyó la responsabilidad por esos anuncios.
“Con todos los empleos que estoy trayendo de retorno, con las plantas automotrices que estoy trayendo al país y las enormes reducciones de costos que he negociado en gastos militares, creo que la gente está viendo grandes cosas”, afirmó Trump en Twitter.
Sondeos “falsos” y “corruptos”
De acuerdo con un sondeo realizado por CNN y ORC, el 61% de los estadounidense cree que Trump será capaz de crear empleos bien remunerados en áreas muy afectadas por el desempleo.
Al mismo tiempo, un sondeo del Washington Post y la red ABC mostró que 61% espera que Trump haga un trabajo “bueno” o “excelente” en el plano económico.
Sin embargo esta confianza en su capacidad de administrar la economía son excepciones dentro de la visión general que se tiene sobre Trump.
El futuro presidente tiene la mitad de la popularidad que tenía Barack Obama cuando se preparaba a asumir la Casa Blanca en enero de 2009, de acuerdo con el Washington Post y ABC.
Trump es menos popular que cualquier nuevo presidente estadounidense en cuatro décadas, desde los años de Jimmy Carter.
Este dato se repite en prácticamente todos los sondeos.
Trump, fiel a su estilo, atacó esos sondeos, y recordó que durante la campaña electoral todos las encuestas pronosticaban la victoria de la demócrata Hillary Clinton.
“La misma gente que hizo esas sondeos electorales falsos, que estaban completamente equivocados, ahora están haciendo estudios de aprobación. Son tan corruptos como antes”, afirmó en Twitter.
En realidad, los sondeos electorales estaban dentro del margen de error y Clinton efectivamente tuvo más votos que Trump, pero de hecho las proyecciones por cada Estado de la federación estaban equivocadas.
Ensayo general
Trump tenía previsto visitar Washington este martes y ver los preparativos para la ceremonia de su investidura, que ocurrirá el viernes.
El domingo pasado, los organizadores realizaron un ensayo general de la ceremonia.
Miles de barreras fueron colocadas para bloquear el eje de la ciudad de Washington, que conecta la Casa Blanca y el Congreso.
La organización espera la presencia de centenares de miles de personas, tanto para saludar al nuevo presidente como para protestar por su elección.
En total serán movilizados unos 28.000 agentes para garantizar la seguridad del acto.
Uno de los mayores desafíos de logística es la presencia de miles de personas que se manifestarán el viernes en Washington contra Trump, y especialmente una gran marcha de las mujeres organizada para el sábado.
Las protestas durante una investidura presidencial no son algo inusual, al punto que George W Bush fue objeto de la ira de manifestantes pacifistas tras su reelección en 2005.
Legisladores boicotean investidura
Este año, más de 40 legisladores del partido Demócrata anunciaron que boicotearán la ceremonia de investidura, casi todos en apoyo del legislador John Lewis, de 76 años y un ícono vivo de la lucha por los derechos civiles en el país.
Lewis provocó un terremoto político la semana pasada al decir durante una entrevista que no veía a Trump como un presidente legítimo a raíz de la injerencia de Rusia en la campaña electoral.
Trump recurrió a su arma favorita, la red Twitter, para atacar a Lewis. Según el presidente electo, el hombre que fue compañero de batallas de Martin Luther King solo “habla, habla, habla. No hay acciones ni resultados”.
La agenda de esta semana en Washington incluye además sesiones de confirmación en el Senado para nominados por el presidente.
El proceso de transferencia del poder ha mostrado algunas señales de desorganización. Trump aún no ha escogido a su Secretario de Agricultura, y el cargo de número dos en la mayoría de los departamentos del gobierno federal siguiente .
Fuente: Washington Post.