Por más que observo y confronto información acerca del desenlace probable en la selección del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no hallo una conclusión lógica para ver a Leonel Fernández encabezando la boleta morada en el 2020, y mucho menos a los cinco aspirantes Pro-Danilo que ruedan por la candidatura, porque sumando las simpatías de estos, no llegan al 4% de aceptación nacional.
Aunque es Leonel quien tiene la mayor simpatía entre todos los aspirantes peledeístas declarados, su carrera pende de la decisión -tomada ya- de Danilo, quien prometió informarla el próximo mes, pero que yo supongo que jugará al suspense y lo hará en junio o julio, fundamentalmente para estresar a Leonel y luego lanzarse a una carrera meteórica que implicaría modificación constitucional, disputar la candidatura en primarias abiertas y campaña por la reelección.
Si mis previsiones se materializan, Danilo se empeñaría en vencer y neutralizar a Leonel al interior del PLD, en no cometer errores que contribuyan a que se forje un frente opositor vigoroso, y si se forma, que Leonel no sea el candidato de esa unidad, porque se le complicaría un poco la situación.
Tengo que volver a decir que mis análisis no coinciden con mis deseos, porque si por querer es, prefiero que el candidato sea una mujer, joven, con vocación y trayectoria democrática, defensora de la soberanía de la Patria y de todas las patrias, militante de la solidaridad, miembro de un partido o independiente con compromiso popular y no tutelada por la élite que buscará rodearla para darle migajas a cambio de grandes negocios si llega a la Presidencia.
¿Quiénes están haciendo la tarea?
Al día de hoy, Leonel y sus estrategas virtuales parecen entendidos de que él tiene oportunidad de ganar la candidatura presidencial del PLD.
Yo sostengo que esa meta no es imposible, pero muy poco probable porque lo adversan poderosas fuerzas danilistas que no lo quieren y no creo que en el futuro se pueda reconstruir la confianza porque las aguas están tensamente separadas.
Para construir una opción fuera del PLD, Leonel perdió tiempo y el calendario avanza regido por una Ley de Partidos que fue tan bien concebida por el danilismo, que es demasiado tarde para improvisar un proyecto nuevo o mudar su hamaca política a otro partido.
Para intentar inscribir un partido nuevo ante la Junta Central Electoral (JCE), el leonelismo tiene tan solo una semana porque el plazo de solicitud de registro de nuevos partidos vence el próximo sábado 16, justamente en ocho días, y en el caso de que lo hiciere, esa fuerza no podría ir en coalición con otras porque sería nueva.
Ir a otro partido y desde ese forjar coaliciones para llevarlo como candidato, enfrentaría respuestas legales y políticas.
Las legales porque para optar por una precandidatura, los aspirantes deben tener un año de militancia en la formación política, y las políticas vendrían por la virulenta respuesta del danilismo que sin duda presentaría a Leonel como un tránsfuga que no respeta a los organismos peledeístas y a la mayoría de la población que eventualmente vote por Danilo en las primarias abiertas.
Definitivamente Leonel va cuesta arriba y con una batea en la cabeza llena de inconvenientes que son de difícil superación aunque lo acompañare la mejor de las suertes y las coincidencias a su favor.
La táctica no garantiza nada
La línea trazada por el leonelismo para que su líder se alce con la candidatura presidencial del PLD -repito- se basa en una ecuación política evidente: no critica al gobierno, aplaude todo lo bueno, le da consejos para que no reforme la Constitución y Leonel garantiza que el PLD se mantendrá unido y ganará las elecciones.
En suma: Leonel corteja al gobierno y le da consejos a Danilo para que haga lo que políticamente le conviene (a Leonel), mientras el danilismo y el leonelismo están en confrontación abierta.
Las revanchas desde el poder son evidentes: la que le aplicaría el danilismo a Leonel y su gente si obstruyen el intento de reelección antes de las elecciones, y la que trae en agenda el leonelismo para ejecutar desde el gobierno -con cárcel incluida- si logra convencer a Danilo de que lo deje pasar y llegar al gobierno.
¿Cómo va Leonel a ganar la candidatura contra la reelección si solo confronta ese proyecto con sermones para que Danilo y los suyos no modifiquen la Constitución para la repostulación del actual gobernante? ¡Ojalá lo explique uno de sus estrategas, si no es un secreto de Estado!
Todo parece indicar que si Danilo anuncia su intención de buscar la reelección, lo que lo obligaría a pedir o aceptar una reforma constitucional, el leonelismo no tendría fuerzas para oponerse y los genios del PRM, que apuestan a colarse en el gobierno si el PLD se divide, buscarían una forma de que la modificación habilite a Danilo.
Si resultare así, hasta ahí llegaría el leonelismo porque dudo mucho que Leonel salga a disputarle la candidatura del PLD a Danilo, y si lo hace, sería un acto consciente de que va a perder y ese mismo sería su bajadero para el retiro de su aspiración de volver a la Presidencia.
Danilo se encargaría de ser galante con Leonel y el leonelismo manteniéndole su condición de minoría en el Congreso Nacional, los cabildos, los ministerios y en los organismos dirigentes del PLD para no humillarlos.
¡Cuidado con el rabo de la pantera!
Si Leonel hace coincidir sus palabras (“¡No hay marcha atrás!”) con acciones puntuales para seguir con sus aspiraciones para las elecciones presidenciales de mayo 2020, creo que políticamente hablando cometería el error de morder el rabo de una pantera que cuando se vuelva hacia él lo hará en forma definitiva.
Como Leonel sabe eso mejor que yo, mientras Danilo sea presidente, seguirá tratando de persuadirlo de que lo deje pasar, pero por nada del mundo lo enfrentará como debe hacerlo un aspirante presidencial que busca vencer al poder, no simplemente lograrlo por herencia o por un cortejo simulado.
Mientras el leonelismo se amarra a una eventual victoria de Leonel para ser el candidato del PLD, el resto de la oposición sigue pendiente del desenlace al interior del peledeísmo, perdiendo un tiempo precioso que puede servirle para forjar una unidad por candidaturas municipales y legislativas comunes que faciliten una fórmula presidencial de consenso opositor.
Esa tarea le queda muy grande al liderazgo actual de la oposición que muestra un desconcierto total en la formulación de una táctica creíble para la población de que trae algo nuevo para enfrentar el continuismo peledeísta, que todo parece indicar que incluye la reelección de Danilo.
Mientras eso sucede en el bando “anti-reeleccionista” del PLD y los otros partidos que de opositores no tienen nada, el danilismo cuenta con el tiempo a su favor y solo tiene pendiente hacer modificar la Constitución, lo que muy probablemente hará sin mayores contratiempos y escaso riesgo político.
Todos los días hay muestras evidentes de que Danilo buscará la reelección y tiene el éxito de que sus contrarios lo pasan por alto, confundiendo sus deseos con la realidad.
Creo que en ese propósito, ya tiene el beneplácito del poder de Estados Unidos por el hecho de que abandonó la relación privilegiada con el chavismo, y los genios de la oposición han hecho lo mismo para “salir en la foto” con la embajadora Robin Bernstein, que judía ella, aceptó ir a reunirse con Luis Abinader en el árabe Club Libanés Sirio Palestino de Santo Domingo.
Esa acción habla muy bien de Bernstein, pero muy mal de Abinader, que no tenía necesidad de reconocer a un payaso como presidente “interino” de la patria de Bolívar, que pide abiertamente una agresión extranjera a su propio país, precisamente por quienes ya lo hicieron dos veces a República Dominicana en el siglo pasado.
¡Cuando pase la tempestad, contaremos las estrellas!
Fuente: Listin Diario